El hombre natural
Rousseau consideraba el hombre como
inicialmente puro, afirmaba que en el estado natural, los hombres son libres,
iguales y buenos. La interrelación con los demás (la sociedad),
según el filósofo, es lo que los corrompe.
Sin embargo, entiendo que lo natural no
siempre se basa en virtudes y que la consciencia del otro, la
relación con sus semejantes, son el motivo de cualidades esenciales
para la convivencia: la generosidad, la compasión, la ternura, la
búsqueda de un bien común.
Cuales sean sus circunstancias, el ser humano puede encontrar la oportunidad para ejercer su capacidad de
decidir, para optar por un comportamiento basado en el egoïsmo, la
mentira, la manipulación o por lo contrario, elegir la humildad, la bondad y la alegría.
Quien piensa que el hombre es malo en su esencia, es porque esa
convicción corresponde al camino que él mismo ha elegido; quien
sigue confíando, a pesar de los desengaños y las decepciones, quien afirma
que los demás pueden ofrecer amor, comprensión y coraje, se basa en
su propia elección de vida.
Reza el dicho que el ladrón cree que
todos son de su condición; en este caso estoy convencida de que es
cierto.
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